1 -Es difícil comprender lo que siente una persona deprimida
A simple vista no le ocurre nada. No tiene fiebre ni dolores. Por eso sus familiares no comprenden de qué se lamentan, y piensan que no hace ningún esfuerzo para salir de su estado, frecuentemente dicen: “No pone nada de su parte”.
Si ha padecido un cólico renal, un dolor por un trauma, una severa gastritis, tiene elementos de comparación para poder entender perfectamente al que se retuerce de dolor, pero si no ha padecido una depresión, carece de los puntos de referencia
subjetivos para entender este malestar.


2 -No hay que preguntar a la persona deprimida: ¿Qué es lo que te pasa?
La persona no sabe por qué está enferma. Los seres humanos tendemos a buscar una explicación lógica a nuestras sensaciones y sentimientos. Lo mismo le ocurre a la persona deprimida, busca un problema reciente y le achaca la culpa.
3 -No repetir constantemente argumentos para hacerle comprender a la persona que sus argumentos son irreales o desproporcionados.
Muchas personas insisten en que están gravemente enfermas, que su negocio va a la quiebra, que es un profesional inepto, que es una mala madre o esposa, etc.
Si usted insiste en que todos estos argumentos no tienen nada que ver con la realidad, en lugar de tranquilizarlo, el paciente se excita y se agobia, y terminará desesperándose, por lo que le recomendamos no insistir en entablar este tipo de diálogos.
4 -No hay que enfadarse con la persona deprimida
La persona que está deprimida, no está así por su gusto, ni puede salir de este estado voluntariamente.
Cuando le dice: “No haces nada por salir de esta situación”, “tú no quieres curarte”,
“anímate, arréglate, busca como salir”. Al ver que no responde a estos estímulos, los familiares tienden a enfadarse, frustrarse, sentirse culpables…
Pero haciendo esto, la persona deprimida se desespera, y aumentan sus sentimientos de culpa y de indignidad. Carece totalmente de efecto positivo.
5 -Empaquetarlo y mandarlo al trabajo
Lo debemos de animar o disuadirlo de asistir al trabajo? es una situación delicada. Hay que animarlo mientras los síntomas de la depresión no sean muy graves. En caso contrario, sería conveniente buscar un subsidio, pues si asiste al trabajo su rendimiento laboral será muy inferior, puede desprestigiarse y tener problemas con los compañeros.
6 -Algunas personas recomiendan un viaje a la persona deprimida
Nada más alejado de la realidad. Esfuerzo y gastos perdidos. Lo primero que el la persona deprimida mete en su valija es la depresión. La llevará consigo a donde vaya y le imposibilitará por completo disfrutar del nuevo ambiente.
7 -No humillar a la persona deprimida
Muchas personas reaccionan muy mal ante una persona deprimida, les dan un trato humillante como: “Lo que pasa es que como no tienes problemas importantes, te deprimes, si tuvieras algo de qué preocuparte”, “la depresión es cosa de ricos, si tuvieras que ganarte la vida como yo, trabajando en los mercados de sol a sol, te faltaría tiempo y ganas para estar haciéndote el enfermo”.
Estos comentarios desafortunados, no colaboran en nada en la mejoría del sujeto, más bien irritan y desesperan.
8 -El la persona deprimida le cuesta tolerar la alegría
El contacto con la persona afectada es muy difícil. La enfermedad le obliga a sembrar tristeza, pesimismo y desaliento. Los intentos de los familiares y amigos por animarle son en muchos momentos un fracaso y duran instantes. Sufren y hacen sufrir a la familia. Muchos familiares, los más cercanos y afectuosos con la persona afectada, terminan padeciendo ellos también de depresión reactiva al trauma que esta situación les supone.
9-¿Qué hacer?
Los que quieren a la persona afectada, harán todo lo posible por ayudarle. Lo más importante es recordar que con un adecuado tratamiento mejorara y, por tanto, la AYUDA MÁS VALIOSA ES INDUCIRLO AL TRATAMIENTO ADECUADO. La persona afectada por su pesimismo y su típica convicción de que “no tiene remedio” tiende a abandonarse a su destino y no acudir al médico o a no tomarse los medicamentos.
10 Explicarle que la depresión es una enfermedad
En lugar de hacer lo que habitualmente se hace, que es argumentar sobre la falsedad de sus temores. Es mejor exponerle serenamente que la enfermedad es la que le impide ver las cosas como son, que por eso ve las cosas muy negativas, que la enfermedad le provoca todos esos síntomas, en cuanto se mejore, él mismo va a ver las cosas diferentes, esto facilitará convencerle de que debe buscar ayuda médica.
LA FAMILIA JUEGA UN IMPORTANTE PAPEL EN LA FAVORABLE EVOLUCIÓN DEL TRASTORNO: conocer y comprender la situación, mantener una actitud adecuada. Saber los indicadores de alerta tanto en el afectado, para evitar recaídas, como en el cuidador para mejorar así su propia calidad de vida.

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