Escrito por Luis Cortés, psicólogo y coordinador sanitario de AFDA
Se que quieres ayudarme, que te duele muchísimo verme así. Sé que algunas veces estás tan desesperado y perdido como lo estoy yo, y sé que, ese mismo dolor, te hace hacer y decir cosas que me provocan más dolor aún. Sé que, si estuviese en tu mano, me sacarías de esta espiral de sufrimiento en la que estoy metido; pero NO, no lo puedes hacer. No está en tu mano, ojalá, como tampoco está en la mía (por el momento). Y, lo que haces para sacarme de allí, muchas veces me hunde más y me separa un poquito más de ti. Así que estas líneas son para explicarte mi situación y que, con suerte, puedas entender mi sufrimiento y por qué hago lo que hago.
NO ESTOY LOCO. Sé que las cosas que hago y digo no tienen mucho sentido, a veces. Que no me reconoces, que parece que hago las cosas para hacerme daño o porque me gusta sufrir, pero no es así. Sé que debería comer más y mejor, que debería cuidarme, que debería descansar, que debería rodearme de seres queridos, hacer cosas que me gusten…pero no puedo. No me sale bien. Lo intento, pero no me sale. Las cosas que hago son un intento de escapar de este dolor, de esta tristeza tan inmensa, de este miedo tan frío que siento casi todo el tiempo. Sé que sólo son bocanadas de aire y que no me ayudan a la larga. Pero, echarme la bronca por esas cosas, solo consigue hacerme sentir como un puto tarao. No me ayuda.
Sé que te duele mucho verme sufrir y que te encantaría darme “la respuesta”. Pero, buscar soluciones y decirme cómo se hacen las cosas sólo me hace sentir peor. Si fuera tan sencillo ya lo habría hecho yo. Deja de intentar arrastrarme a beber por ahí, a pasarlo bien. No va a funcionar. En esos sitios me siento muchísimo peor y sólo vas a conseguir arrastrar mi carcasa por ahí un rato y que acabe haciendo o diciendo algo que me haga sentir mucho peor. Aquí no hay atajos.
No me culpes de que algunas veces se me ponga “cara agria”. Algunas veces se me olvidan mis problemas, vuelvo a ser el mismo, me meto en las conversaciones, bromeo, me entra el hambre y el sueño de nuevo (mola tanto volver a sentir hambre y sueño, volver a ser normal). Pero siempre hay algo que me hace conectar de nuevo con la desesperanza. Y, en ese momento, no puedo no sentirme triste. Puedo evitar llorar, puedo evitar salir corriendo y meterme en un agujero oscuro (que es donde me gustaría estar). Pero no puedo evitar que me cambie la cara, que me vaya un rato a algún lugar oscuro en mi mente. Si me ves allí, sonríe y acompáñame. Porque créeme, yo estoy intentando “volver”, pero es que no me sale mejor.
Cuando uno está sufriendo, cuando afronta una vida sin colores, cuando afronta un futuro en el que no sabe si volverá a sonreír de verdad alguna vez, lo fácil se vuelve imposible. ¿podrías dormir con la alarma encendida? ¿tendrías hambre en presencia de un tigre gigante que te mira fatal y se relame? ¿serías capaz de divertirte con un pie al borde de un precipicio? Tengo miedo de no volver a recuperar la sonrisa nunca, la conexión, lo que le daba sentido y color a todo lo demás, y eso, me hiela la sangre, me acojona más que cualquier cosa en mi vida. Créeme, bastante hago con no salir corriendo de allí hasta no sé dónde, la verdad es que no corro, porque de ese tigre no se puede uno escapar corriendo, pero lo haría si pudiera. Así que, no me pidas que disfrute, que duerma, que descanse. Ya lo intento yo y también me desespera. Simplemente no está a mi alcance ahora mismo. Aquí tampoco hay atajos.
Esta mañana, ha pasado el autobús super cerca de mí. Casi me atropella. Y me he descubierto fantaseando un rato con la idea de que lo hubiese hecho. De acabar en el hospital en coma, de no despertar. No quiero morir, pero, algunas veces, esa mierda de idea viene al rescate de una vida en la que conecto cada cinco minutos con una idea que me” hiela la sangre”, que me envuelve en tristeza y desesperación. Cada vez que me despierto por la noche y conecto son mi sufrimiento, me gustaría desconectar de nuevo, no existir un rato. Es una mierda que lo único que te da alivio de esa mierda, sea una mierda también. Me gustaría contarte esto sin que intentes cambiar mis pensamientos oscuros, ni que me pidas que sustituya esta tristeza y este miedo que me inundan por una emoción “menos mala”. Me gustaría tener la confianza contigo de contártelo sin que me juzgues por ello, sin sentirme más tarao y más loco por ello. Sin que intentes rescatarme de eso también. Que me dijeses que a ti te ha pasado alguna vez algo parecido, o que, por lo menos, me entiendes. Que no te asustes por mi dolor, o que, por lo menos, que no hagas nada que me haga sentir más culpable por que esto venga a mi. Ya me siento bastante mal.
Simplemente necesito que estes disponible para mí, que me acompañes si te llamo. Pero que le hagas un hueco a mi tristeza y mi miedo, porque estoy detrás de esa niebla. Sé que tú ahora no puedes verme, pero estoy allí. Si tienes paciencia y estás conmigo, me verás salir un rato.
Alguien me dijo una vez que la vida es ese insoportable lapso de tiempo que ocurre entre los huecos en los que no hay amor, y que, el amor, es la pregunta y la respuesta a todo. Si le dejas un hueco a mi dolor y a las mierdas que hago de vez en cuando para intentar quitármelo un rato de encima, tú y yo nos vamos a encontrar de nuevo. Y esa creo que será nuestra autentica salvación. Dejar de buscar una solución a mi dolor y encontrarnos de nuevo para amarnos y celebrarnos una vez más. Espero que esto te ayude a acompañarme, amigo. A mí, me ha ayudado contártelo.
Cuando alguien a quien queremos sufre a nuestro lado, nos hace sufrir también a nosotros y, de alguna manera, nos gustaría poder “rescatarlo de su propio sufrimiento”, para poder liberarnos del nuestro también. Ese impulso, algunas veces, nos distancia de nuestro ser querido y sobre todo, nos hace perdernos oportunidades de conectar de verdad con él. ¿Hace cuánto que no miras a tu ser querido a los ojos y te deleitas con la idea de que está hoy aquí junto a ti?, ¿hace cuánto no te centras simplemente en disfrutar de él y en celebrar que el tiempo y espacio ha hecho posible vuestro encuentro hoy? Si te esfuerzas mucho en salvarlo, es posible que te lo pierdas. Y sería una pena. Una más…