Escrito por Andrea Mayren Azón – Psicóloga clínica y profesora de Yoga y Mindfulness
Desde la Psicología, mindfulness se consolida en 1979 de la mano del profesor emérito de medicina Jon Kabat-Zinn en el mundo de las psicoterapias occidentales, dando lugar a una técnica que complemente a otro tipo de terapias en el tratamiento de enfermedades y trastornos, sobre todo los relacionados con ansiedad y depresión, con el nombre de meditación insight. Para potenciar su difusión y efectividad, mindfulness no está vinculado a ningún tipo de religión, filosofía o vertiente espiritual, difiriendo así de la meditación vipassana con origen en el budismo.
Desde la tradición budista, mindfulness equivale a la meditación de origen oriental vippasana, surgida de esta doctrina filosófica y/o religiosa, derivada del brahmanismo, fundada en la India en el siglo VI a. C. por el Buda Siddhartha Gautama.
Desde la psicología, mindfulness es traducido al español como atención o conciencia plena, una técnica para incrementar la consciencia y para responder más habilidosamente a los procesos mentales que contribuyen al desarrollo de trastornos psicopatológicos y a otro tipo de problemas del comportamiento.
Desde la tradición budista la meditación vipassana significa ver las cosas tal como realmente son, y es una de las técnicas más antiguas de meditación de la India; enseñada por Gotama el Buda como un remedio universal para males universales, es decir, como un arte de vivir que tiene por objetivos la total erradicación de las impurezas mentales, y la resultante felicidad suprema de la completa liberación; refiriéndose no meramente a la curación de las enfermedades, sino la curación esencial del sufrimiento humano.
En el entorno de la psicología la herramienta de mindfulness incluye entre sus propósitos la regulación emocional de los procesos a través de la presencia momento a momento y la aceptación de los mismos, esto es, el entrenamiento en no valorar, no juzgar y no identificarse con las sensaciones, emociones o pensamientos que surgen. Mindfulness enseña a no actuar, a no reaccionar ante los sucesos que tengan lugar en la mente y el cuerpo de la persona. “Dejar pasar”, es uno de los propósitos principales, tal como pasan las nubes sin inmutar el cielo.
El budismo entiende esa presencia meditativa como un compromiso activo, una atención apropiada y enfocada a un objetivo y una actitud de contentamiento (Que aunque desde la psicología no es uno de los pilares fundamentales, muchos autores sí reconocen la importancia del “contentamiento”). Buda incluía en sus enseñanzas la existencia de cierta evaluación de la experiencia, con el fin de caminar uno tras otro los senderos hacia el discernimiento y la claridad; estableciendo que siempre habrá un objetivo que alcanzar, un paso más que dar y trascender hacia la cima de la iluminación.
Mindfulness en psicología principalmente se centra en el mantenimiento de una atención enfocada en algo concreto: en las fases de la respiración, en el movimiento, en una zona del cuerpo…, (aunque también incluye ejercicios de sensaciones y toma de consciencia más amplios).
Aunque puede haber practicantes que adopten la postura clásica de meditación en el suelo, mindfulness se puede practicar en una silla o tumbados, con el objetivo que “acercar” su práctica a todos sin necesidad de luchar con el cuerpo o causar resistencias mentales.
Desde el budismo, la meditación entrena la concentración progresivamente dilatada hacia una visión global, una percepción de conjunto y la expansión de las capacidades perceptivas.
La postura en la tradición se sostiene en el suelo, con la ayuda de un cojín/zafú o banco para meditar, es la postura de los “7 puntos de apoyo” y cuenta con unas bases que explican la razón de la postura de meditación. (De hecho, la meditación ZaZen significa: sentarse a meditar en esta postura).
Desde la psicología mindfulness es una vía preventiva y/o paliativa de los obstáculos de salud mental y física, sin tener presente, al menos de forma explícita, el anhelo trascendental por otra parte inherente al ser humano.
Desde la tradición budista, la meditación vipassana es un sendero de auto-transformación del ser mediante de la auto-observación que se concentra en la profunda interconexión entre mente y cuerpo.
Finalmente, ambos senderos, tanto el de la psicología occidental como el del budismo oriental, han encontrado un punto de unión y recorrido en mindfulness, un destino final que conduce hacia el bienestar, entendido por cada uno de forma distinta pero con el mismo anhelo.
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