Escrito por Séfora Ene – Psicóloga Sanitaria

“Los niños son el futuro” es una idea básica y sencilla, conocida desde la antigüedad, pero no por ello deja de ser crucial y de una importancia vital, ya que estamos educando a seres humanos, al futuro de nuestras sociedades a los adultos del mañana. Quienes sean mañana, sus valores, sus comportamientos, su forma de desarrollarse y de vivir la experiencias y situaciones propias de una vida, tanto individual como común dependerá, en gran medida, de lo que les enseñemos hoy.

Una educación de calidad, coherente y coordinada entre las principales figuras de referencia, así como la gestión de la relación entre sus iguales por parte de estas figuras, se hace necesaria para conseguir un avance en la calidad de la educación y en el desarrollo personal óptimo de los niños del presente, que serán los adultos del futuro.

Los niños tienen menos historia en su repertorio y se mueven en mundos diferentes al de los adultos, por lo tanto, hay que adaptarse y trabajar con sus propias reglas, en sus entornos.

Se calcula que alrededor de un 20% de la población tiene ansiedad y / o depresión, eso nos hace plantearnos, qué podemos hacer para mejorar el bienestar psicológico de la población.

CRECES es un programa que trata de introducir en las aulas una educación basada en competencias emocionales y relacionales, para mejorar nuestra salud anímica y prevenir la futura aparición de trastornos del estado de ánimo. Un programa novedoso basado en ACT y Mindfulness que nace de la pasión de varios psicólogos por trabajar, bajo estas premisas, con las niñas y los niños desde la raíz, es decir, desde la escuela.
Tendemos a enseñar a los niños a categorizar las emociones, a etiquetarlas, les enseñamos a conocer las emociones en forma. Esto provoca que sepan discriminarlas, pero que en ocasiones, no sepan gestionarlas y acaban viendo esas emociones, que les llevan a hacer cosas que terminan en castigo, como algo negativo y molesto, que tienen que quitarse, porque consideran que no son buenas, por el hecho de no saber qué hacer con esas emociones.

CRECES se desarrolla la idea de enseñarles a sentir una emoción y aprender el siguiente paso, qué hacer con mí emoción una vez que la siento, es decir, cómo gestionarlas. Enseñarles las emociones como función. No deshacernos de ninguna de ellas, ya que todas son nuestras aliadas, todas sirven para algo y nos impulsan a la acción. Aunque algunas sean algo incómodas y molestas y no sepamos muy bien qué hacer con ellas. Todas son adaptativas y cumplen una función determinada.
El programa CRECES trabaja la flexibilidad y el control de impulsos.
La posibilidad de aprender a tomar distancia de mis pensamientos y emociones y tener la capacidad de poder elegir qué hacer, al margen de lo que mis emociones me estén pidiendo. Les da a las niñas y los niños la capacidad y la libertad de elegir quienes quieren ser y cómo quieren actuar. Todo a través de los valores y el compromiso con nosotros mismos y el juego, sin ser esclavos de la autoestima o la motivación.

Consideramos que, trabajar en prevención es la mejor herramienta de intervención.

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